La Pedro tiene lo Suyo, pero….

No sé si les conté en mi artículo anterior donde me presenté, pero por si acaso, soy estudiante de la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo. Específicamente estoy en la facultad de Veterinaria.

A decir verdad, les confieso que no pensaba hacer este artículo, puesto que ya me faltan dos ciclos para terminar y comenzar mi vida como «médico veterinario consumado».

Ups, veo que te diste cuenta de las comillas en la última línea, y tal vez me preguntarás el por qué.

No me malinterpreten, me gusta mi carrera, no obstante estoy preocupado, sólo un poquito, y digo poquito porque soy autodidacta y puedo reforzar mis conocimientos en veterinaria en un libro o por internet (este último me resulta más útil), sin embargo, a veces pienso: «¿Y si no hubiera nacido con esta facultad de ser autodidacta? ¿Me jodo?»

Despejaré sus posibles confusiones:

La facultad de Medicina Veterinaria en la UNPRG no está atravesando por un buen momento que digamos. Supongamos que me gradúo como médico veterinario y decido ir a trabajar a Lima. En Lima es otro mundo, y si un perro llega al hospital nacional veterinario (usen su imaginación un poco) me pedirán que saque una radiografía al perro herido inmediatamente. Precisamente en este punto me jodo, porque la facultad de veterinaria posee un equipo de radiografía que fue donado por un alumno egresado, no obstante el decano de dicha facultad no se preocupó por construir un ambiente adecuado para este aparatito y poder realizar las placas radiográficas, y lo peor es que ese aparatito lleva guardado por tres años en las oficinas (sí, el alumno egresado lo donó hace tres años) y la garantía se vence este año. Y nosotros los futuros médicos veterinarios nos quedaremos sin equipo para aprender a sacar placas radiográficas, y a la hora de salir fuera a laborar, no sabremos desenvolvernos en esto; caso contrario un médico egresado se arriesgará en tomarle las placas al perro, pero sin medir la cantidad adecuada de Rayos X, y ustedes ya saben el efecto de una radiación excesiva de Rayos X.

Otro problema es la biblioteca. Los libros son del siglo pasado, es decir, obsoletos, y otros son fotocopias mal hechas a las que mandaron a empastar. Sin mencionar que en dicha biblioteca es imposible leer o estudiar, puesto que los alumnos empiezan a hacer griterío sin respetar las reglas básicas de una biblioteca (si es que existe alguna en esa facultad). Debido al griterío diario, y no habiendo ninguna autoridad que imponga orden, pues en el decanato se les ocurrió un método simpático: instalar un timbre. Cada vez que los alumnos se ponen a hacer escándalo, un trabajador administrativo va y toca el timbre que, si bien produce un ruido fuerte, basta minuto y medio para que el griterío regrese, produciéndose un círculo vicioso de gritar y tocar el timbre. Genial idea, ¿verdad?

Las aulas están en mal estado. En verano se convierte en un horno, debido a la ausencia de ventiladores; en invierno se convierte en una congeladora, puesto que las ventanas no cierran bien. Las puertas de las aulas en su mayoría no tienen cerradura, pudiendo ver a través del hueco donde tiene que ir la cerradura el interior del aula, incluso se filtra el ruido de afuera por esos hoyos. Algunas veces hay corrientes de aire en los pasadizos que abren las puertas de los salones para que después de cierren de golpe. Las carpetas están viejas, otras rotas, al punto que uno debe de buscar su propia carpeta en otros salones, una carpeta que por lo menos esté pasable y sirva para sentarse. Los pisos de los salones siempre sucios y pelados, a diferencia de otras universidades a las cuales tuve el gusto de visitar durante los congresos, los cuales estaban limpios y alfombrados.

De los profesores no hablaré mucho porque me demoraría. Sólo les diré que, si les das un buen dinerillo, te aprueban del curso. No todos son así, pero sí muchísimos.

Cada vez que hay votaciones electorales para elegir a los miembros de Centro Federado y Consejo de Facultad, se arman trifulcas entre dos partidos (solo hay dos partidos en veterinaria); en esos eventos los profesores y alumnos se dividen, unos por Somos Veterinaria y otros por Unión Veterinaria, disputándose el poder, prometiendo infinidad de cosas que al final poco o nada cumplirán. Todo vale para ganar, hasta la difamación y la calumnia. De hecho, recuerdo que una alumna que poseía fama de irresponsable (no asistía a clases) el doctor de dicho curso la aprobó, ya que la alumna pertenecía al partido del doctor en cuestión.

Muchas anécdotas hay para contarles, lo que leyeron es la punta del iceberg.

Oh cierto, solo me concentré en mi facultad, mas no relaté lo de la universidad completa.

Bueno, solo les diré que lo que pasa en mi facultad ocurre en toda la UNPRG pero multiplicado por diez: No hay campo de investigación, la biblioteca general desactualizada, los vigilantes dejan entrar a las aulas a vendedores ambulantes, los laboratorios están en completo abandono (trabajamos con esos microscopios donde debes manipular un espejuelo que refleja la luz natural hacia el diafragma para que alumbre la muestra, en lugar de usar microscopios electrónicos), la mayoría de proyectores multimedia están malogrados, etc.

 

Lo gracioso del asunto es que el Rector de la universidad dijo que «la gestión presente es la mejor gestión que haya tenido a Pedro Ruiz Gallo».

Yo que pensé que como Humala no habían dos.

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